El grito es una forma de expresión.
Al gritar se necesita ser escuchado, interpretado y mediado por otro.
El grito puede ser producto de una mayor sonoridad pero también de una mayor tensión.
El grito puede expresar placer o displacer.
Naturalizar los gritos implicaría callar a quien los emite.
El grito malogrado y/o abusivo puede provocar lesiones en los pliegues vocales.
¡No callemos ni desoigamos las voces a ninguna edad!
Obra: "El grito" de Edvard Munch (1893).
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