lunes, 23 de diciembre de 2019

Cascanueces 🏳️‍🌈🕛

Hace un tiempo que me viene haciendo ruido como el cascanueces en mí cabeza la frecuente frase que utilizamos en nuestras prácticas: "acorde a sexo y edad". Sin dudas este año ha sido de mucho crecimiento para mí en todo sentido. Pero gracias a mi incorporación en el Consultorio de Diversidad Sexual del Hospital Pirovano he aprendido mucha cosas desde la interdisciplina y he conocido a personas maravillosas. Y lo más valioso es que he profundizado mí reflexión acerca de las prácticas de salud muchas veces automáticas en las que me encuentro inmersa. Entonces me viene la pregunta: qué sería acorde a sexo y edad? Entendiendo ambos conceptos como una construcción cultural colectiva y biográfica individual. Hace un tiempo no muy lejano los abuelos eran muy distintos a los de ahora. Hoy en día los adultos mayores son muy activos, cuidan mucho su estado físico, su apariencia, su vida social y ocupaciones. He tenido muchas veces en las consultas personas que me dicen "no quiero tener voz de anciano", esa fonación sería acorde para ellas? Por otro lado sabemos que el sexo tiene muchas aristas, por qué referirse solamente al sexo asignado al nacer según la valoración de la apariencia externa de los genitales? Tantos pacientes me buscan por no estar conformes con su voz según su género autopercibido (no sólo del colectivo trans). Qué tal una propuesta superadora desde un abordaje integral? Podría ser: "acorde a las características personales" o "acorde a las características propias". Me enriquece que me compartan sus opiniones, sean o no profesionales de la salud, porque de uno u otro lado se aprende en cualquier circunstancia de la vida. Gracias por haber leído hasta aquí, les leo.


viernes, 19 de abril de 2019

Viernes, Santo?

Hace casi un año que no escribo en mi blog. Cómo pasa el tiempo! Fue muy intenso sin dudas. Hoy quisiera abrirles mi corazón y compartirles una reflexión.
Acostumbraba vivir el Viernes Santo con una sensación de pesar impuesta desde afuera. No salía, comía muy liviano, no me permitía sentir alegría. Hoy elijo vivirlo de una forma diferente por varias razones. 
1) La primera porque estoy duelando, es decir, atravesando el dolor de una pérdida. Sin querer dar lástima, simplemente se fue un ser querido. Y en lugar de sumergirme sola en mis sentimientos de tristeza elijo abrazarme, contenerme y maternarme. Rodearme de personas amadas, aquellas que forman la familia construida que lejos está sólo de los lazos de sangre. Elijo cuidarlos y estrechar mis lazos con ellos dado que mostrarles mi vulnerabilidad me hace más fuerte para seguir adelante con esta maravillosa vida. Además tengo un precioso rol: ser la mamá de mi amado hijo. Él es mi prioridad y cada decisión que tomo la hago pensando en su bienestar.  De mi amor materno saco las fuerzas para seguir atravesando este camino que por momentos se vuelve cuesta arriba. JM es mi responsabilidad y para poder brindarle lo que necesita debo estar bien.
2) La segunda es que considero que la muerte es parte de la vida. Hace mucho tiempo dejé de ser practicante de la religión que heredé. Sin embargo continúo siendo creyente y me considero cristiana porque abrazo la vida de Jesús. Sin menospreciar otras creencias u otras filosofías que se alejen de las religiones. Soy partidaria del amor que prima ante todo. Me pregunto qué me aconsejaría Jesús (o cualquier buena persona) si me viera hoy. Siento que me diría te abrazo en tu dolor, trata de buscar momentos de alegría y no te sientas culpable por ello. Al contrario, trata de salir adelante porque la vida y la muerte son dos caras de una misma moneda. Ponete bien por vos y eso le hará bien a todo tu entorno.
Así que HOY elegí cocinar para mi familia, ir al gimnasio a hacer zumba y recibir a mis amigos de toda la vida en casa junto con sus familias. HOY elijo pasar un Viernes Santo diferente. 
Después de todo, la muerte es parte de la vida.
Agradezco sus comentarios, reflexiones y aportes. Los leo con mi corazón abierto.